El proyecto trata de proyectar una exclusiva vivienda unifamiliar aislada en una parcela sin edificar de 251m2 en Barcelona, a los pies de Collserola. Los retos del proyecto consisten en cuidar la relación con el vecino y en aprovechar los máximos metros posibles de parcela para la vivienda generando un jardín donde poder disfrutar.
Para cuidar la intimidad con los vecinos se propone un muro prácticamente ciego que da a norte y que además, para no tapar las vistas del vecino, se hace la cubierta inclinada reduciendo la altura del perímetro y así la vivienda se separa del vecino permitiéndole la entrada de luz.
La vivienda consta de dos bloques, uno más retrasado para generar un espacio de jardín, y cada bloque tiene la cubierta inclinada.
